De la fascinación por el aburrimiento

Partamos de la base de que lo del bipartidismo (nos) tiene hartos a muchos. Que ese ahora tu, ahora yo, por más que se parezca a lo que hacen los americanos, y mira que nos gustan las cosas de los americanos, pues no es lo mismo.

Dicho esto, no estaría de más recordar a muchos que su posición ha sido siempre la que  hace pocos días recordaba Rubalcaba con motivo de la abdicación de S.M. El Rey D. Juan Carlos. De hondas raíces republicanas sí, pero responsablemente comprometidos con lo acordado en su momento al aprobarse la Constitución. De eso, en otros lugares se han olvidado y los socialistas no deben dejarse llevar, por más que a Rubalcaba le queden dos días al frente del PSOE, si es que aún manda algo, por esas marabuntas actuales que exigen no sé qué cambios de sistema que a ninguna parte nos llevan, si es con esos programas o pseudoprogramas de gobierno que ondean, aprovechando demasiadas necesidades y desesperaciones que, en el fondo, a la vista de los acontecimientos, poco o nada les importan. Y como yo no hago propaganda gratuita, pues no nombro a quienes ya podréis imaginar.

Por esto, entiendo que el votante de izquierdas harto de corrupción, de ver cómo queda España a nivel laboral, social, económico, exterior…,  tras el paso de los distintos gobiernos socialistas, ha de impedir dejarse fascinar por mensajes importados de países donde el nivel cultural  -en el sentido que quieran y por el sujeto que piensen- no permite distinguir lo real de lo quimérico, de lo factiblemente imposible, salvo destrucción de todo un sistema en favor de vaya usted a saber qué y/o quién.

Mensajes aparentemente sencillos, fácilmente filtrables, pero que una vez conocido su origen universitario, ya denotan la idea con la que son lanzados y que, desde luego, no responden al producto de la casualidad.

Por ello, el votante de izquierda moderado, racional, debe volver a las urnas, repensar su posicionamiento ante las mismas y devolver la radicalidad a su agujero, votando normalidad.

Eso sí, es aún más prioritario y urgente la aportación de un mensaje actualizado y responsable por parte de quien a partir de Julio asuma el liderazgo del PSOE, si es que le dan alguna tregua sus propios compañeros, visto lo que leemos en prensa en los últimos días, en referencia a Madina, especialmente.

Y escribo que el PSOE es muy responsable de lo que está pasando porque, por más que su futuro me importe lo justo, el de España sí que me importa, y mucho. Y ese futuro de España está íntimamente ligado a un PSOE que, históricamente, supo ser patriota cuando llegó la hora, contribuyendo con su sensatez y su alto sentido de estado a las que fueren las necesidades de ésta que también es su Patria y se llama España.

Contribución en forma de un mensaje que muchos dicen agotado y que yo creo que realmente lo que le ocurrió es que fue destruido, que no es lo mismo.
Permítanme la broma a modo de ejemplo: no es lo mismo tener un botellín de cerveza en la mano y tomárselo hasta el fondo, que coger ese botellín y destrozarlo contra el suelo con todo su contenido dentro. Lo primero sería fácilmente comprensible; lo segundo, reprochable hasta la extenuación, sobre todo siendo de marca.

Toca, pues, al PSOE rehacerse, y persuadir al electorado de izquierda que España mañana no puede permitirse ser venezolana. Que el raciocinio y la cordura ha de primar en todo cuanto se ofrezca. Que aprovecharse de situaciones desesperadas no es propio de políticos a quienes de verdad importen sus conciudadanos a los que sirven o lo pretenden.
Otra cosa sería subirse a un carro, precisamente un carro, fascinados por un mensaje que les atrajo producto de un aburrimiento más que consumado y contrastado, incluso, entre sus propios dirigentes

Dicho esto:
-  ¿Y por la derecha?
-   Por la derecha está VOX