Sánchez anuncia pacto con C's. C's asiente a dicho anuncio. Podemos dice que de lo anunciado nada si ellos no dan el visto bueno.
Sánchez no se sabe dónde está; Rivera se pregunta y ahora qué, porque la pelota es de Iglesias y dice que se la lleva si él no elige jugadores, posición en el campo, reglas del juego a su arbitrio y hasta las sustituciones que se puedan hacer. El PP, eso que muchos dijeron que era el espejo en el que mirarse para ver reflejado a C's, a la espera. ¿Y España? Sí esa que está ahí afuera, la que puso ahí a todos esos del sí pero no. La maravillosamente irresponsable por hacer con su soberana voluntad lo que le dio la gana está sin arreglar, ni siquiera sin ducharse aún. Igual le han contagiado costumbres de recién llegados a su vida pública. Incomprendida se siente ante aquellos a quienes confió su voluntad. Ninguno parece capaz de querer hacerse cargo de ella, porque todos quieren ser el primero no habiéndolo sido casi ninguno de ellos, ni siquiera el que lo fue porque renunció a ello. Si de ejemplos de irresponsabilidad se hablase en colegios o en otros lugares para que los educandos asimilasen el concepto, ni siquiera para eso serviría España, porque quienes la generan son incapaces de concebir el resultado cotidiano de su obra. Eso sí, como modelo, la España de este febrero que andurrea buscando el marzo que le aclare su sentido, sería definitivamente el más didáctico y adecuado. Y Pedro sigue en su empeño de seguir haciendo como que sabe y puede lo que pretende. Y Rivera perplejo cuando ya se veía paseando su cara de niño bueno ahora triunfante. E Iglesias que se va a casa a esperar con el mango del cazo en la mano, porque esta España, que hizo lo que le vino en gana con su voluntad, se inoculó una dosis de "valetodo" que la dejó postrada en el catre de una catarsis que no esperaba con la voluntad ya entregada.
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Esta España que preocupa o que aburre, según se vea o se sea. Que preocupa a quienes estamos por la labor de que no ocurra lo indeseable, que el populismo que tanta justicia quiera repartir sea sólo justo consigo mismo. Que aburre a quienes igual les da unos que otros para, más tarde, venir a quejarse y del “hay que ver la que han liado” cuando no sea más que solventable por las urnas el estropicio que se nos puede avecinar encima. Esta España que respiraba por sí misma con normalidad, que se podría mejorar aún más, mucho más de lo que ya fue capaz de recuperar, y que hoy vuelve a jadear del espanto de ver qué ha hecho con su propia voluntad. Y ahora, España ¿qué? No es un juego eso de votar, de dejarse llevar por una novedad que disfrazaba toda una herencia y una enseñanza de empobrecimientos y desmontaje de otros lugares que no quisiste ver. Y ahora qué, España, ahora qué… Mas no te reprocho nada, es tu voluntad, tu soberana decisión la que decidió entregarse a eso tan bueno por conocer que ahora te amenaza, te acorrala, te mantiene en un sinvivir constante bajo la respiración asistida de una nueva oportunidad de resarcirte de tu error, que a saber si llegará. Hubo quien te ofreció, y te volverá a ofrecer ser y estar para ti: VOX. Sin nada que esconder, sin nada por lo que declarar, sin ocultar absolutamente nada, porque su programa eras tú, España, de punta a cabo. Y, sin embargo, quisiste abrazar lo malo de siempre y eso bueno por conocer que te mantiene en estos días en el vilo del abismo que apunta al miedo. Éramos nuevos también en VOX, cierto. Pero aquí la veleta señala rumbo fijo a la derecha, a todo esa colina de valores que hay que volver a poner en valía, recuperar, fomentar, hacer revivir para los nuestros que somos todos los españoles y que seamos mínimamente reconocibles por nuestra forma de ser, de existir. Que no hay dudas con España, que se sepa que se habla de Ella cuando de Ella se hable, porque se hable de España, y no de ésta o la otra España, esa que está al borde del precipicio y termine por desgajarse en los 17 pedazos de un proyecto que debía haber significado siempre 17 motivos de unión. Al parecer, semejantes límites no fueron señalados sino para la finalidad que está a punto de suceder, a menos que la sensatez se presente en forma de no sé qué y nos ayude a esquivar a estos que, llamados a “darte el alta”, parecen querer firmar tu ingreso en sala de comatosos. |
Autor Antonio Palomar García (13/02/1969). Archivos
Agosto 2023
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