Esa debe ser la consigna para este tiempo de presidencia socialista (no digo de gobierno ni de gobernanza socialista, porque no lo es). Así empezó Sánchez con la renuncia expresa a España en su primera comparecencia ante los medios, estamos ante nuestra nueva Patria, decía en referencia a Europa. A partir de ahí, riada de medidas o de cumplimiento de acuerdos oscuros con quienes le han puesto ahí.
España quedó en manos de sus peores enemigos, por obra y desgracia del marido de Begoña. La RTVE en manos de independentistas y del populismo; los presos etarras preparando el camino a Vasconia; los políticos presos y los cobardes huidos esperando a arreglar el petate para volver a sus casas y aquí no ha pasado nada (a expensas de lo que decida el TC que hoy decide juzgar pr rebelión, prevaricación y malversación a Pugidemont veintitantos más); las costas del Mediterráneo convertidas en el mayor pasillo de entrada a la Europa de Pedro para la inmigración ilegal del Planeta, para gozo de las mafias contra las que poco se ve actuar, a la voz de un ocupante de La Moncloa que llama a la oración en las oficinas del INEM o similar, donde cobrar de unos fondos que tanto cuestan encontrar si se trata de equiparar salarios de quienes sí trabajan por España.
Debe ser que seguimos siendo el conejillo de indias de Europa, y hemos de ser sometidos a cuantos experimentos sean necesarios para satisfacer a los europeos de allí, y a los de aquí que tanto afán ponen en difuminar nuestras fronteras desde sus propios idearios políticos, para eso el del curriculum falso tiene a Rivera a su disposición.
De momento, todo son negativas y discursos perfectamente preparados para hacernos creer que nada de lo que se informa es cierto. Pero las llamadas embajadas de los separatistas vuelven a abrir y nadie hace nada; Pablo Iglesias ejerce de recadero ante otro como Sánchez, el xenófobo Torra (elegidos ambos sin ser votados por la gente), para prometerle no sé qué cosas ni con el aval de quién; el Presidente de la Junta de la Comunidad Autónoma Vasca exigiendo la Seguridad Social, el control de las cárceles y hasta la gestión de las condenas sin importarle un carajo (con perdón) la opinión de las víctimas, de su dignidad ya ni hablamos; y para terminar de cerrar el circulo nos regala la muerte en forma de aprobación de la eutanasia como si semejante medida urgiese ser tomada en pro de los españoles. Mientras el paro en la Andalucía de su compañera Susana continua en niveles de más del 30%; a su compañero en la Diputación Valenciana se lo lleven al calabozo por unos asuntillos de presunta corrupción, y para taparlo todo quiere destapar a Franco…
Algo en todo esto creo que debe decir el socialismo militante y/o votante (salvo el catalán, vasco, valenciano o balear que aún no se haya plegado al embrujo rupturista), si es que ellos no se quieren quedar también sin la España en la que aún viven.
El ciudadano Sánchez, pues, tiene en sus manos el presente inmediato de nuestra Patria para que deje de serlo o de tener futuro si antes España no reacciona. A sus socios no les interesa que se vaya antes de la implosión que provocan ¿Le interesa a España que Sánchez y sus apuntadores prosigan el desmontaje?
En esas manos está España…

Hasta hace un rato el Gobierno de la Nación, al menos, no molestaba en la acción de VOX contra el golpismo secesionista y, últimamente, xenófobo catalán. A partir de ahora, con Sánchez en el Gobierno al parecer lo tendremos en contra. Porque, desde hoy, el presidente del gobierno de España tendrá como puntal para apoyar su mantenimiento en La Moncloa a los compañeros de esos para los que VOX está pidiendo que paguen a España el daño hecho en Cataluña.
VOX y nuestra Nación nos encontramos con un gobierno en contra, dado que este nace viciado en su origen. Viciado al ver como es tutelado por proetarras, consentido por el populismo comunista y permitido por secesionistas catalanes y nacionalistas vascos. Y viciado, porque la presidencia del gobierno reniega de la defensa de España como Estado soberano desde su propio discurso de presentación de los nuevos ministros: “Europa es nuestra nueva Patria…” dijo el Presidente de Gobierno de España y Secretario General del PSOE… (Habla por ti Sánchez, mi Patria es España). Ya no se corta hablando de pertenecer al “espacio europeo”, a la UE o similares, no, Pedro Sánchez tardo unos días en renegar de España.
Con esas alforjas quiere hacer camino un gobierno con 84 diputados al que, quienes le permitieron llegar hasta ahí, ya le dicen que va a tener muy poco recorrido, porque el reparto de poder que se preveía no se produjo, obligando a poner de moda lo de gobernar por decreto, es decir, conseguir en los despachos lo que no se logra en el césped de la Carrera de San Jerónimo, si me permiten el símil futbolístico, ese deporte que odia el Ministro ... ¡de Deportes! Cosas…
Así, nos vemos abocados a vivir en una España llevada al límite, que rebosa por la izquierda cargos y gastos públicos multiplicados sin rubor, en medio de un país que busca de dónde sacar para que todas esas exigencias sociales se vean satisfechas. Eso sí los 17 sueldos de los recién llegados quedan asegurados.
Demasiados frentes que malician al reflexionar sobre lo que vemos y vivimos si lo de Sánchez es valentía, irresponsabilidad, cálculo electoral a la búsqueda de comprometer a terceros, que antes le antecedían en las encuestas y ahora no saben qué decir ni qué camino tomar, o simplemente todo es puro afán de un ego desmedido, maquillado por el efectismo de fichajes que no sean más que medios para satisfacer la propia ambición personal de poder al precio que sea, que ya pagará España.
A día de hoy, tras la toma de posesión del nuevo equipo ministerial, aún no sabemos el precio que a nuestra Patria le tocará pagar, a cuánto ascenderá, en términos de insulto y voladura de la unidad de nuestra Nación, la factura que por su apoyo le presenten al marido de Begoña los usureros que se buscó para llegar a ser el inquilino del Palacio de La Moncloa.
No sé ustedes, queridos lectores, pero de semejante Presidente del Gobierno yo no me fio.