No existe un líder político en la actualidad de España, quizá sí cada partido tenga su propio líder, pero no un líder patrio.
Esto nos lleva a la puesta en duda de la verdadera identidad de todos con nuestro país. Los conceptos de unidad, grandeza o libertad se asimilan, se hacen corresponder con un régimen ya desaparecido, y las aspiraciones de toda una Nación a dichos conceptos tildan a quien lo propongan como fin de nuestra Patria de fascista sin más remedio. Fácil, demasiado fácil posicionamiento para no hacer el esfuerzo de trabajar por España. Y, de realizarse, en casi todos los casos se hace con intencionalidad de descartar, con la pretensión negacionista de la opinión del otro. Yo soy de los que quieren una España unida, grande y libre hoy más que nunca, porque estamos todos, porque es hora de un proyecto de y para España. Pero redundó en mi percepción de la realidad actual, no hay un líder con escaño que sirva para asumir el encargo. Los actuales cabecillas lo son y actúan de la parte a la que se deben. Apenas se deja hacer, todo va pre-condicionado al reproche, al cumplimiento, cuando no al sometimiento, de todas esas premisas del progresismo que descarnan a nuestra Nación de su propia identidad. Hoy, que se plantea la prioridad libertad-seguridad, yo apuesto por el orden inverso, que sea nuestra seguridad la que garantice nuestra libertad, la de cada uno en su nación. Seguridad que ha de fijarse sobre la identidad de quienes vivimos y somos de aquí. Porque hoy en España comienza a ser demasiado habitual, en especial en las grandes urbes, la sensación de que el vecino ha pasado a ser "el que vive al lado", no sabemos quién es y surgen las sorpresas. Y, en este mismo tiempo, vemos como en la propuesta política de distintas fuerzas se diluye, flaquea su posicionamiento respeto de aquello que debía constituir su esencia: la defensa de la Unidad de la Patria, de España, que se sacrifica en eufemismos y justificaciones varias, incluso modificando la esencia del propio partido (léase PSOE y su recién estrenada y asumida condición de la plurinacionalidad de España). Era lo que faltaba por ver, en una España que, hasta en dos ocasiones, vio como la confianza de gobierno otorgada al progresismo dejaba a nuestra Nación con los peores datos de empleo de su historia y con la situación encauzada a peor. Después llegó el PP , su inacción y entreguismo a tanta legislación heredada... Situación manifiesta de inercia por la que unos y otros responsables se dejan llevar hasta ver cuándo hacer algo, y que poca o ninguna confianza inspira al español invadido por toda esa re-conceptualización "progre" de su Patria, que ni le dirige ni le oferta un futuro avalado en/por una España integra. De ahí que volver a creer, como responsabilidad ineludible, en la Unidad que fortalece, en la Grandeza por lo sido y la confianza en su propio volver a serlo, y en la Libertad que la soberanía de todos sobre todo aquello que a todos nos concierne como corresponsables de España, se dibuje como un trecho que será tan largo cuanto España se permita, y descarte, de una vez, a semejantes conceptos como privativos de viejos regímenes, para asumirlos como guías de nuestro futuro inmediato. La posibilidad existe, se llama VOX. Lo otro es lo que nos trajo hasta aquí.
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Autor Antonio Palomar García (13/02/1969). Archivos
Agosto 2023
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