No sé si fue por el asco, el aburrimiento, la indignación, un poco la suma de todo por tanto agravio en perjuicio de mi Patria, por lo que vuelvo a escribir... Ver que nadie de quienes, salvo El Rey, se esperaba movía un dedo, nadie. De los principales aludidos, el Gobierno de la Nación, si acaso, esperó hasta el último momento para que los golpistas les restregaran su propia incompetencia en los morros, para perplejidad de cualquier español de bien que de sus gobernantes aguardaban… y se quedaron aguardando mientras el golpismo huía. Del resto, de los que se sientan en los escaños de la Carrera de San Jerónimo, poco más se supo, más allá de alguna declaración pública en la línea del postureo que su cobardía habitual les define. Nada de nada, ni mucho ni poco… El peperío tratando de coartar la existencia de quienes peleaban, y así les está yendo con la presencia de VOX en las encuestas, a ver qué sale de las urnas. PSOE y C´s haciendo como que sí, pero sin aclarar sí qué… De los otros qué más da. Y, mientras, Puigdemont utilizando las posibilidades legales que le ofrece el propio Estado, el propio sistema para ir contra el propio sistema, contra el propio Estado. Cual si un terrorista usase la brecha de una falla tectónica que la naturaleza geológica de su país le ofrezca para colocar una carga explosiva y provocar la desaparición del país como tal. Como la técnica del judoca, aprovechando la fuerza del rival para derribarle. Luego algo falta o algo sobra. Quizá falte la valentía de plantear la prohibición de definitiva de partidos independentistas en España; quizá la valentía, aún mayor, de que abrir otra vía exclusiva para juzgar a los traidores a nuestra Patria, esos que anhelan implosionar el orden constitucional. Quizá falten leyes valientes contra el garantismo y los políticos cobardes como los que hoy nos representan. Quizá sea planteable y necesario un anexo al Código Penal sólo para aquellos que aceptemos la tarea de hacer política y entregarnos a España para ello. Cualquier otra acepción de hacer política que no sea la entrega es, hoy día, mentira. Como dice nuestro Secretario General Ortega-Smith, quizá haya que prestar menos atención a la UE. Una UE que se está sirviendo de uno de sus países unidos como de conejillo de indias, para ver hasta dónde son capaces de alcanzar (y de aguantar los ciudadanos afectados) y dañar la soberanía en este caso de España, condicionando la actuación de nuestra Justicia hacia sus súbditos directos, esto es, los españoles que pretendieren vulnerarla. Esta injerencia, en tal medida, es tan incomprensible como inaceptable. Que desde cualquier otra nación nos digan qué es o qué no es delito en nuestra Patria, y que nuestro gobernantes genuflexionen ante la imposición es para que algunos, empezando por el propio Presidente del Gobierno, cojan su petate y a casita. No estamos en VOX para bromas. Queremos a España como entrega; nos emociona España; nos enorgullece nuestra condición de españoles, nos compromete y nos llena. Somos el fruto de una historia por la que todo merece la pena. Y ante traidores, con nuestra Constitución en la mano, la de todos los españoles y bajo el mando de La Roja y Gualda, no hay más que un mandato y una razón de ser: servir y amar a España. Somos VOX. Es lo que hay.
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Autor Antonio Palomar García (13/02/1969). Archivos
Agosto 2023
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